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miércoles, 31 de diciembre de 2014

Feliz 2015


  En 2014 vinieron Manuela y Ana; salió "La pena abierta",y "Alas de papel", y "La cosecha", y "Perros, santos y refranes"; me reencontré con Ángel González; me despedí y volví a A Veiga; aterricé con Hugo en la mesa del DJ; me subí con Fabián al escenario del Sonorama; vi, con vosotros, a The Jayhawks; y no amaneció en Bouzas; llegó la Tormenta y canté con Javier y Carlos; y volví a cantar con Pablo, Dani, Xabi, Nacho, Txetxu, Luis, César, Manuel, Beris, Mon, Jimbo, Edu y Willy; creímos que venía la República pero no vino; fui a los sanfermines; bebí Super Bock a 80 cts; hice unos cuantos amigos en Zaragoza; canté  para vosotros en mi casa, en la calle Libertad; pasé 5 días intensos y memorables en el Puerto de Santa María; Alberto y Tatiana me regalaron un nuevo moleskine...

... y para acabar el año, justo hoy, hemos acabado de mezclar el disco. Un simbólico 31 de diciembre que dará paso a una nueva etapa de mi vida. 

  Gracias a todos y todas los que estuvisteis conmigo y por mí, que el 2015 nos junte.



¡Por cierto! El 28 de febrero presentamos el disco. Y ya tengo título.

viernes, 12 de diciembre de 2014

Puerto de Santamaría, 26 - 27 de noviembre. Las voces y las despedidas


  El miércoles por la mañana completamos toda la grabación de instrumentos y por la tarde empezamos la grabación de voces y coros. Con tres o cuatro micrófonos diferentes -no me preguntéis por los nombres...-, entre el miércoles por la tarde y el jueves grabamos las 10 voces y los coros -Javi también hizo alguno-. 

  Es la primera vez, en mis discos en castellano, que tengo algunas letras ajenas, y estoy encantado con ellas. Son de autores asturianos conocidos -amigos todos- y, poco a poco, iré desvelando de quiénes se trata. También es la primera vez que grabo un spoken word que no sea en asturianu, pero creo que ya os estoy contando mucho...

  En fin, el jueves a media tarde todo estaba prácticamente listo y Javi y yo abrimos una botella de vino para celebrarlo. Los tiempos nuevos llegaban con la fuerza con que un corcho sale del cristal. Ya no había vuelta atrás. 

  A finales de este mes Paco mezclará las canciones y en enero se masterizarán en un estudio de Cádiz. Tenemos un disco diferente, bastante diferente, pero me lo pedía el cuerpo. No dejo de darle vueltas a los posibles títulos y a las formas de promoción. Hace frío, estoy lejos de casa... Pero tengo ganas de volver. En la próxima entrega os hablo de fechas y otras circunstancias. Y de vosotros, que me vais a hacer falta...

 

 

jueves, 11 de diciembre de 2014

Puerto de Santamaría, 24 - 25 de noviembre. La selección final


   Aunque llevaba 14 canciones casi terminadas -tengo la costumbre de acabar algunas letras en el estudio, por aquello de trabajar bajo presión-, mi intención era grabar un disco de 9 o 10, con lo que entre el domingo por la noche y lunes por la mañana hubo que decidir qué cuatro descartábamos para grabar las baterías y bajos restantes. Dejé la decisión en manos de Paco, en parte porque era el productor y en parte porque, como ya os comenté, no conocía ninguna e iba a ser el más objetivo. 

  Alrededor de las 13:00 ya estaban las 9 baterías y bajos grabadas (una de las canciones no necesitó de base rítmica) y Will grabó diferentes arreglos de percusión que se veían claros desde un primer momento. Le acompañamos al tren de vuelta, comimos y nos pusimos con las guitarras. Javi, que antes del viaje me decía que "a ver si grababa alguna guitarra" acabó grabándolas casi todas (Paco también grabó varias). Un disco empieza a definirse cuando funciona la base rítmica, pero las guitarras son las ventanas del edificio. Abiertas o cerradas, grandes o pequeñas, viejas y destartaladas o nuevas y brillantes. Por ellas entra y sale el aire y sin ellas el edificio no respira adecuadamente. Con las ideas de ambos empezó a sonar el ruido ("serrucho", en versión Vallina) de cada canción y, hora tras hora, fuimos acabando y completando cada espacio.

  En lugar de acabarlas y pasar a los teclados, fuimos finiquitando tema por tema. Guitarras, teclado, más percusión menor... Entre el lunes por la tarde y el miércoles por la mañana teníamos el disco hecho, a falta de las voces y los coros. Los planes, además de salir bien, salían muy rápido. 

miércoles, 10 de diciembre de 2014

Puerto de Santamaría. 23 de noviembre. Cuando funcionan los cimientos.


   De sonido poco o nada os puedo hablar -y en cuanto a Paco Loco, tiene un blog muy bueno y muy explícito que os recomiendo-, pero de producción algo voy aprendiendo con los años -poco también- y sí que os puedo contar que me sorprendió lo que obtuvimos en tan poco tiempo. 

   En todos los discos anteriores que grabé, los instrumentos se iban grabando por separado (seguro que conocéis la secuencia: batería, bajo, guitarras, teclados...) y, en mi caso, con mucho margen de acción en el tiempo. Aquí teníamos que tenerlo todo grabado en 6 días, la base rítmica íbamos a ejecutarla a la vez y, además de que Paco no conoció las canciones hasta que nos sentamos en el estudio, ni Wilón ni Javi habían ensayado conmigo. Sí que es cierto que Javi me echó un cable con las estructuras y tenía unas cuantas canciones en la cabeza, pero no habíamos ensayado ni una sola vez. 

  Con estos ingredientes, aunque confiara ciegamente en ellos y en el productor, comprenderéis que estaba un poco acojonado. Pero nada más lejos de la realidad... Todas las baterías, los bajos y varios pianos quedaron listos entre el domingo y el lunes por la mañana (gracias, chicos, desde aquí; sois mis maestros). Las canciones estaban volviéndose del revés, muchos de los arreglos que yo tenía en la cabeza se dieron la vuelta y, aunque aún muy poco vestidas, las canciones comenzaban a funcionar. Y, ya sabéis, cuando los cimientos funcionan, funciona la casa.

  Si fui a grabar con Paco fue para encontrarme con una visión lejana de lo que yo tenía en mente y, sin duda, así estaba siendo. Los planes estaban saliendo bien.

Uviéu - Puerto de Santa María. 22 de noviembre. Tiempos nuevos


   A las 07:25 del día 22 Javier Vallina, Wilón de Calle y un servidor nos subimos a un tren que iba a cruzar España de arriba a abajo para empezar a construir mis tiempos nuevos. Leyendo sobre Marketing Musical y escuchando programas viejos de "Portela de noche" nos entró el hambre y fuimos a la cafetería para comer algo del, nada variado, menú del Alvia -y bien caro, eso sí-. Al poco tiempo llegó la primera sorpresa -que no presagiaba nada bueno- cuando descubrimos que me habían robado la mochila. Viajo en trenes de Renfe con asiduidad desde hace seis años y nunca me había pasado nada igual. El balance de daños deja muchos materiales y uno sentimental: allí tenía una moleskine que usaba desde hace diez años y que guardaba muchos borradores de letras, notas... El negativo de las fotografías de toda mi carrera musical en las manos de algún o alguna caradura. 

   Pero íbamos al Puerto a empezar otra etapa y, tal vez, eso fuera una señal clara del efecto "borrón y cuenta nueva". O, tal vez no, y sea sólo un mal trago que sumar a los anteriores y soy un iluso. Quién sabe... El caso es que a las 17:17 estábamos en el Puerto, estábamos nerviosos, estábamos con ganas de empezar. Por delante teníamos casi una semana entera de trabajo y de aprendizaje, de tormentas perfectas y madrugones. Una semana para construir mis tiempos nuevos.

martes, 18 de noviembre de 2014

De vuelta


   Ya estoy en casa después de otro viaje -largo, en este caso. La Fundación SGAE me premió seleccionándome para formar parte de uno de los "laboratorios de creación" de la Semana de Autor, junto con Txetxu Altube, Jorge Marazu, Inés Saavedra, Vicky Gastelo y Ulises Hadjis. Todos coordinados por la mano experta de José Nortes. La experiencia culminó el pasado sábado con un concierto conjunto en "La campana de los perdidos" y yo no puedo estar más que agradecido por todo lo que ocurrió allí. 

   Escribí tres canciones (dos junto a Vicky Gastelo y una con Ulises Hadjis); me emborraché -poco, lo juro-; estuve un par de minutos en Escandinavia; compré un reloj; conocí a una leyenda del fútbol; brindé por todo; brindé por ti; me sentí dentro de una escena musical -torturada pero muy viva-; y, sobretodo, hice unos cuantos nuevos amigos, de esos que te dan un abrazo para saludar, aunque los veas una vez al año.

  Gracias a todos mis compañeros, gracias a José Nortes y gracias, muy especiales, a Marisa. Porque sin ella las canciones habrían tenido letra, pero no música.

  Ahora estoy en A Veiga, en mi casa, al otro lado del río. Afuera llueve y tengo que ponerme a acabar canciones, que el sábado parto hacia el Puerto de Santa María a empezar una nueva temporada con el disco nuevo. Estoy nervioso, mucho. Y un poco acojonado. Porque nunca se sabe, quizá sea el último disco. O quizá no.

  Con la entrada de diciembre volveré a mi casa y todo será distinto. Vosotros, seguidme atentos. 

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Tiempos nuevos, tiempos salvajes


   La última vez que vine por esta casa -casi en ruinas, demonios- acababa de volver a vivir en Turón tras una temporada en A Veiga y, curiosidades de la vida, hoy que vuelvo, estoy a punto de mudarme de nuevo a ese extremo izquierdo (hasta en las mudanzas se me nota) de Asturies. Por el camino han pasado muchas cosas, no todas buenas ni demasiado malas, que me han impedido acercarme a escribir aquí con calma y reposo. Sobreviví a varias mudanzas, escribí algunas canciones, toqué con Fabián y con Silvia, presentamos "diez finales" sin tenerlo (existir existe, lo prometo) e hice muchos planes de futuro que van concretándose, poco a poco.

   Entre algunos de esos planes estaba el de tocar un poco menos -sólo y en compañía- y escribir un poco más, que es lo mío. También buscar un productor para el disco nuevo y encontrarle un sentido a mi momento vital y musical. Trabajar las cosas con calma y detenimiento, tomar buenas decisiones. Y en esas estamos... 

  Para escribir me vendrá como un traje a medida este exilio hacia el occidente que comienza mañana, pues tengo que rematar un manojo de canciones  y quizá empezar alguna nueva. Para vestirlas y hacerlas caminar solas voy a trabajar con Paco Loco en su estudio del Puerto de Santa María, y me llena de orgullo y satisfacción decíroslo. 

 A finales de noviembre nos pondremos con ello y entre diciembre y enero os enseñaré parte del resultado con un cometido: que me echéis una mano (o un cable...). Pronto os diré el cómo y el por qué.

P.D. Entretanto, tal vez un día de estos me siente al piano y os presente las canciones nuevas en formato pequeño. Por esto de que se vayan acostumbrando al temporal...

miércoles, 5 de febrero de 2014

Turón, de nuevo


 La primera cena -y las otras- en "La Barrica"; las hamburguesas del "Express"; los cafés medianos; los sobres de azúcar que guardé; O Rei de Montouto y Los Chigrones; todos los Mencía que nos puso Jesús en "El Cantábrico"; la noche que metimos a Sombra en "El avión"; mis gafas nuevas; la noche que salió de cañas la guitarra; José Luis y el sacerdocio necesario; los vinos con José Antonio y Nina que se nos fueron de las manos; los Brooklyn de Ribadeo; las dos veces de Xuacu y Neka -el pronto y el paño-; la huida furtiva a "Los Oscos" y el Perales; la noche que Ge tuvo un novio gallego; los conciertos en colegios; Os Teixois y el tiempo detenido; Néctor, guía turístico; las lunas que empezaban en "La Flor"; Lau y Xabi -"tu hiciste daño, yo no quería"; el auditorio casi lleno -y el tequila casi vacío-; cada una de las tardes que empezamos con Hugo -y que no van a acabar-.

Gracias, A Veiga. Volveré.

viernes, 10 de enero de 2014

Haciendo compañía


   Desde la última vez que escribí aquí han pasado dos meses y medio, justo el tiempo que he estado viviendo fuera de mi residencia habitual. Desde entonces y hasta finales de este mes, de momento, vivo en A Veiga / Vegadeo, un rincón en el extremo occidental de Asturies donde la vida discurre con poca prisa. En esta nueva casa apenas tengo acceso a internet -en ocasiones, toda una lección de salud-, miro el correo una vez cada dos días, mis amigos de facebook quedan conmigo a las 20:00 en el bar y la cobertura es un ejemplo de inteligencia selectiva. ¿Qué estoy haciendo aquí?. Estoy haciendo compañía, gracias a una de esas ventajas que tiene el dedicarse profesionalmente a la música: levantar el campamento cuando uno lo decida. 

  Hoy hago un breve paréntesis en esta abstención para recomendaros que vayáis a la presentación de mi banda Muñeco Vudú mañana en la sala Whippoorwill de Uviéu. Aún quedan entradas anticipadas a 8€ en unos cuantos sitios, pero no sé si muchas...

   Perdonadme la leve desaparición, pero estoy a gusto. Si pasáis por aquí no dudéis en preguntar por mí, en muchos sitios ya me sirven la consumición sin preguntar. Hasta pronto, amigos.